Un anhelo por la ley de Dios

Un anhelo por la ley de Dios

¿Tienes el anhelo de mirar las maravillas de la ley de Dios, como el autor del Salmo 119?

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"Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley." Salmos 119:29.

Este era un clamor constante y una oración que David tenía en su corazón.

Salmo 119

¡Ten piedad de mí! ¡Dame sabiduría de lo alto! ¡Hazme saber tus gloriosas leyes!

"Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley." Salmos 119:18.
"Consumida está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo."
Salmos 119:20.
"Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya habría perecido en mi desdicha." S
almos 119:92.
"Al abrirse, iluminan tus palabras; hacen entender a los sencillos." Salmos 119:130.

Estos versículos nos dan una imagen clara de lo puro y bueno que era el corazón del salmista. Él nunca habría tenido tal anhelo y oración en su corazón si hubiera considerado la ley de Dios como una imposición. Él comprendió que estas leyes eran la clave para poder progresar y crecer. Y así mismo, las que le mostrarían el camino hacia las obras que Dios le había encomendado.

Esta es también la actitud de corazón que tienen todos los siervos que son fieles. Nuestro amor por Dios y por las personas a las que vamos a servir debe ser la fuente de nuestro anhelo de buscar las maravillas de la ley de Dios. El amor es el mejor camino hacia los dones espirituales.

David amaba la justicia, y vio que la ley de Dios sería una gran bendición para él y para el pueblo. En el versículo 20 dijo: "Quebrantada está mi alma de desear
Tus juicios en todo tiempo."
Salmo 119:20. Cuando mi alma se quebranta, o es aplastada, no tengo ningún pensamiento de grandeza u opiniones fuertes sobre otras personas o cosas en la iglesia. Sino que tengo comunión con David cuando dice "la exposición de tus palabras [la revelación de tus palabras] alumbra; hace entender a los simples." Salmo 119:130.

La ley del Espíritu de vida

"Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte." Romanos 8:2. El anhelo por la ley del Espíritu de vida debe tener su origen en el amor y no en el miedo de que algo malo puede pasarme. Esto hizo de David un hombre según el corazón de Dios, un rey al que Dios podía confiar un reino eterno: la casa de Dios.

"Guardé las palabras de su boca más que mi comida." Dios da sus leyes solamente a las personas que tienen esta mente y este sentir y las escribe en sus corazones — en aquellos que han dejado de lado su entendimiento humano, son receptivos y están hambrientos de la sabiduría de Dios.

¡Que el amor aumente cada vez más en conocimiento y todo discernimiento para que Dios pueda revelar cada vez más y constantemente las maravillas de su ley!

Este artículo fue traducido del noruego y publicado por primera vez con el título: "Concédeme tu ley" en la edición de Skjulte Skatter (Tesoros Escondidos) en junio/julio de 2008.
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Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.