¿Soy salvo? ¿Cómo puedo estar seguro de ello?

¿Soy salvo? ¿Cómo puedo estar seguro de ello?

Esta es una pregunta que seguramente muchos se han hecho – ¿Cómo puedo estar seguro de que soy salvo?

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Esta es una pregunta que seguramente muchos se han hecho – ¿Cómo puedo estar seguro de que soy salvo?

Cuando le preguntaron a Jesús acerca si son muchos los que se salvaran, Él no responde concretamente, pero dice: ‹‹¡Esforzaos a entrar por la puerta angosta!›› (Lucas 13,24). De esto podemos entender que aquellos que se salvaran serán los que irán por la puerta estrecha. Pero, ¿qué es esta puerta estrecha? Esto lo podemos leer en el capítulo siguiente en los versos 26-33. En pocas palabras, es renunciar a todo en este mundo y odiar mi propia vida. (Lee también en el evangelio de Juan 12,25).

Falsos profetas y la puerta ancha

Jesús también habla acerca de la puerta estrecha en Mateo 7,13-14. Ahí Él habla acerca de dos puertas y dos caminos: La puerta estrecha y la puerta ancha y el camino angosto que lleva a la vida y el camino espacioso que lleva a la perdición. Muchos creen que el camino espacioso es el mundo y los que por ahí van no son creyentes, pero es claro que Jesús se dirige a aquellas personas que buscan el reino de los cielos: ‹‹Entrad por la puerta estrecha,›› dice Él. Y en el verso 15 nos advierte a tener cuidado y guardarnos de los falsos profetas. Los falsos profetas invitan a las personas a ir por la puerta ancha, diciendo que no es necesario renunciar a todo para ser salvo. Ellos te hacen creer que puedes servir tanto a Dios como a las riquezas, sin embargo, Jesús dice claramente que esto es imposible (Mateo 6,24), y que el fin de esto es la perdición.

Debo tomar seriamente la advertencia de Jesús acerca de los falsos profetas en mi corazón, porque la verdad es que siempre han habido muchos falsos profetas y muy pocos verdaderos. Cuando Josafat consulto la palabra de Jehová acerca si debían o no ir a la guerra, había 400 falsos profetas y solo uno verdadero. (2 Crónicas 18). Y Pablo testifica ‹‹Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios.›› (2 Corintios 2,17.) Estos comerciantes buscan su propio beneficio, por lo que es importante para ellos hacer la puerta y el camino anchos, para que de esta forma la mayor cantidad de gente posible llegue a sus asambleas.

Ve por la puerta estrecha, y sé salvo

Tengo que esforzarme para entrar por la puerta angosta, porque según mi naturaleza yo quiero guardar mi vida en este mundo, pero al mismo tiempo quiero ser un cristiano. Tengo que luchar para guardar el mandamiento de Dios, porque es este el que me conducirá al verdadero reconocimiento de lo corrupto que es mi vida, para que así comience a odiarla.
Cuando voy a través de la puerta angosta, entonces anhelo una sola cosa: hacer la voluntad de Dios y serle de agrado para Él. Termino con este mundo y odio mi propia vida. El mundo ya no tiene nada más para ofrecerme. Entonces puedo seguir adelante por el camino angosto y decir así como Pablo: ‹‹Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.›› (Filipenses 3,13-14.) Con un tal pensamiento, entonces puedo estar seguro de que soy salvo.

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.