¿Qué tan importante es "huir"?

¿Qué tan importante es "huir"?

¿Qué tan grande es tú necesidad de vencer sobre tus deseso? ¿Estás dispuesto a hacer todo lo necesario para huir, hasta lo que realmente quieres – victoria?

"Huye también de las pasiones juveniles…" 2 Timoteo 2:22. "Habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia". 2 Pedro 1: 4.

Podría pensar que era redundante para Timoteo recibir tal exhortación, pero Pablo no lo habría exhortado si no hubiera sido necesario. Las personas que "huyen" son las que son débiles en sí mismas. Las personas que "huyen" son las que odian sus propios deseos.

"Y no toquéis lo inmundo" 2 Corintios 6:17. No podemos tocar algo que es inmundo sin recoger el aroma de lo inmundo. También hay mucho escrito sobre la limpieza de nosotros mismos, de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (2 Corintios 7: 1)

¿Con qué te llenas?

Estamos prácticamente rodeados de todo tipo de impurezas durante todo el día. Y sin odiarlas es imposible mantenerse puro. Hay algo a lo que llamanos “ser curioso.” La gente le gusta saber lo que está sucediendo. Es imposible que esas personas se mantengan puras; por eso, nunca llegarán a la naturaleza divina. Lo mejor que pueden hacer es controlarse a sí mismos. En Apocalipsis, leemos que habían algunas personas se jactaban de conocer las profundidades de Satanás, como ellos decían. Sin embargo, Jesús dice: “…yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.” (Apocalipsis 2:23)

Nos debe importar el permanecer puros en las tentaciones involuntarias que se nos presentan. ¿Por qué deberíamos mirar algo o leer algo que pueda despertar los deseos en nuestra carne? “Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne." Romanos 13:14.

¡Huye por tu vida!

“Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vivir. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Romanos 6:10-11.

Esta exhortación se aplica principalmente en nuestros pensamientos. Si queremos llegar a la naturaleza divina, entonces debemos ser fieles en nuestra de pensamientos. Detenerse en una tentación, ¡no es huir! Es amar a sus deseos, y eso significa que servimos bajo el régimen viejo de la letra. Servir bajo el régimen nuevo del Espíritu, es hacer morir a los deseos. (Romanos 7: 6; Romanos 8: 3) Esto es lo mismo que odiar la corrupción que proviene de la carne, y esto lleva a la naturaleza divina. No podemos vivir esta vida a menos que estemos frente al rostro de Dios, y sirvamos celosamente en el régimen nuevo del Espíritu.

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.” Hageo 2:11-13.

Aquí vemos que tan acertada es la exhortación: “¡huye!” Cuando estás en la presencia de Dios y eres bendecido en una reunión de oración o lees en la palabra de Dios, y el Espíritu lo ha hecho vivo para ti, y luego dejas que tus ojos y pensamientos vayan de aquí para allá, entonces así, no puedes guardar lo santo en tu corazón y en tus pensamientos, porque te vuelves extrovertido y eres contaminado por lo que ves y escuchas. Eso es lo que le sucedió a Israel. Todas las obras de sus manos y sus sacrificios fueron inmundas.

Incluso gente fuerte y temerosa de Dios, como aquellos a quienes Juan escribe, necesitan tales exhortaciones. (1 Juan 2: 13-17)

Este artículo se publicó por primera vez en noruego en el periódico de BCC "Skjulte Skatter" ("Tesoros escondidos") en marzo de 1986, con el título "Huye también de las pasiones juveniles".
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.