Lo que aprendí cuando dejé que Dios planifique mi familia

Lo que aprendí cuando dejé que Dios planifique mi familia

Marie había tomado una decisión en fe – y ella sabía que su fe iba a ser probada.

Marie es madre de nueve niños y abuela de veintidós nietos. Ella ha tenido una vida larga y feliz, pero también pasó por muchas pruebas de fe durante estos años. A través de estos tiempos de prueba ella aprendió a creer en Dios y en su palabra.

Esta es su historia:

Creer en Dios

Cuando mi esposo y yo teníamos tres hijos, intentábamos ver cómo llegar con nuestros gastos hasta fin de mes. Ambos éramos cristianos y teníamos el deseo de vivir en fe, así que aunque parecía irracional, nos decidimos creer en Dios en lo que respecta la cantidad de hijos que íbamos a recibir.

Sabíamos que era una decisión en fe y que nuestra fe sería probada. Sin embargo en nuestros corazones teníamos paz en cuanto a nuestra decisión.

Nunca es más de lo que podemos soportar

Crecer en la fe en cuanto a nuestra familia y la vida diaria es un proceso. Pero Dios prometió que nunca nos dará más de lo que podemos soportar, y que él nos fortalecerá para soportar lo que envía. Tuvimos seis hijos más en la fe que Dios es nuestro guía. Fue un tiempo que realmente no fue fácil, pero la palabra de Dios fue una gran ayuda para mí.

No puedo recordar haberme arrepentido en algún momento de mi decisión de dejar que Dios planifique el tamaño de mi familia. Por supuesto que hubo días muy demandantes – hubo tiempos en los que no teníamos mucho dinero, por ejemplo. Un tiempo mi marido tuvo un trabajo donde debía trabajar desde las 15:00 horas hasta media noche. Durante aquel tiempo los niños no lo veían mucho en los días de clases, y esto fue un poco duro. Durante ese periodo vi aún más importante mi tarea como madre.

Hubieron cosas que tuvimos que sacrificar, pero en medio de todo me daba cuenta que Dios hacía un trabajo en mí – él me transformó a través de mis circunstancias y me ayudó a crecer en paciencia y en amor. Sin embargo lo que recuerdo son los tiempos buenos– hacer pan casero en la cocina con mis niñas, los días felices en nuestra granja, el patinaje en invierno, recibir a los niños cuando regresaban del colegio con leche y galletas echas en casa.

Pruebas de la fe

Esto no quiere decir que no hubo pruebas grandes. Perdí un bebé en la semana 24 de embarazo. Uno de los versos que recordé en ese momento fue el siguiente: «¡Jehová dio, y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito!» Job 1,21.

En medio de esta situación tan triste pude sentir una paz muy grande al mismo tiempo. Yo tenía plena fe que podía confiar  mi vida, mi familia y mis situaciones en sus manos. Saber que Dios tiene el control realmente me dio fuerza y una gran voluntad de servirle a él y de continuar en el camino que escogí, indistinto de las situaciones que vendrían.

Cuando tenía 54 años tuve un virus que dañó mi corazón. Esto fue algo inesperado y tuve que permanecer en cama un tiempo. Había trabajado como profesora suplente durante unos años y tuve que dejarlo temporalmente. Esto despertó muchos pensamientos acerca de la economía y tuve una lucha para continuar en la fe. También tuve que aceptar que iba a tardar más tiempo en mejorarme. Todos mis niños estaban en el colegio pero había que seguir preparando la comida y hacer el aseo. Hice lo que pude pero lo tomaba con más calma y descansaba cuando era necesario.

Un día leí de José y de todas las situaciones por las que pasó. Cuando leí el último capítulo de Génesis, Dios me habló muy fuerte. «No tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.»  Génesis 50,21 ¡Esto me llenó de consuelo! ¡El amor de Dios y su bondad vencieron!

Pon tu confianza en el Señor con todo tu corazón

Algunos tienen muchos hijos. Otros no pueden tener hijos, y para ellos puede ser igual de difícil. Algunos son solteros o viudos. No se trata del tamaño de la familia; no se trata de ninguna de estas cosas. Se trata de cuánto confío en Dios en todas las áreas de mi vida. Se trata de cuánta fe tengo para dejar que él me guie de su manera perfecta y de entrar en reposo en medio de mis circunstancias.

Esto es un trabajo diario consiente y activo, donde elijo vivir en fe y donde entro en el reposo, de manera que puedo oír la voz de Dios.

He visto como simples decisiones que tomé en años anteriores me han ayudado a ser un buen ejemplo para los que me rodean, aunque yo no lo sabía. Ahora tenemos nueve valiosos hijos y veintidós fantásticos nietos por los que estamos muy agradecidos. A través de los años he visto muchas veces cómo Dios ha estado allí para mí y mi familia. Me recuerda al versículo, «Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos.» Proverbios 3,5-6 ¡Esto es muy cierto – Él nos da todo lo que necesitamos!

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.