¡La grandeza del poder de Dios!

¡La grandeza del poder de Dios!

¿Alguna vez has pensado que el mismo poder que dividió el mar rojo está disponible para ti?

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La mano de Dios sostiene todo el océano, y Él creó la tierra en la que nos encontramos y andamos. ¡Este mismo poder está disponible para nosotros hoy día! A través de este poder podemos ser libres del pecado que mora en nosotros.

¿Quién es Dios?

Dios es el poder que creó los cielos y la tierra. Cuando dijo: "¡Sea la luz!" La luz vino al mundo, y creó el día y la noche. (Génesis 1) Dios dividió el Mar Rojo en dos, e hizo caer los muros de Jericó sin un solo golpe. (Éxodo 14:21, Josué 6:20). Incluso el sol y la luna se detienen a Su palabra. (Josué 10:13)

Dios es infinitamente grande. El profeta Isaías hace un intento de describirlo:

"¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?" (Isaías 40:12)

"… él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar." (Isaías 40:22)

Dios es eterno

Este es el mismo Dios con el cual podemos tener contacto en nuestra vida personal. Él siempre es el mismo. Dios es eterno.

"¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance." (Isaías 40: 28-29).

¡Por su poder las barreras y los muros caen, y lo que es imposible se vuelve posible! ¡Allí donde antes caímos en el pecado una y otra vez, ahora en el poder del Dios eterno podemos permanecer firmes!

Esto significa que esta misma fuerza, el mismo poder indescriptible que dividió el Mar Rojo en un abrir y cerrar de ojos, sigue disponible – ¡para ti y para mí! La mayoría de nosotros no va a entrar y poseer ciudades y países, o tener guerra contra enemigos físicos, pero Dios nos ha llamado a resistir el propio pecado que mora en nosotros. A través de Jesús nos dio la posibilidad de ser libres de la esclavitud del pecado, de nuestros propios deseos y pasiones. De todo lo que causa intranquilidad y conflicto.

Necesitamos la ayuda de Dios cada día – cada vez que somos tentados, para vencer sobre el pecado que quiere manifestarse en nosotros. El pecado es fuerte, ¡pero el poder de Dios siempre es más fuerte! ¡Por Su poder las barreras y los muros caen, y lo que es imposible se vuelve posible! ¡Allí donde antes caímos en el pecado una y otra vez, ahora en el poder del Dios eterno podemos permanecer firmes!

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento

Dios puede crear algo completamente nuevo en nosotros, si dejamos que Él tenga todo el poder y si renunciamos a nuestra propia voluntad. De este modo nos encontramos en la posición correcta para ser transformados. Cuando Dios recibe acceso a nuestras vidas, podemos ser verdaderamente nuevas personas que ya no están bajo el poder del pecado. ¡Qué enorme esperanza! ¿Podemos verla? Pablo escribe en Efesios 1: 17-18:

"Haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos."

Así como Pablo oró para que los Efesios pudieran ver la esperanza todavía con más claridad, también podemos orar para que Él alumbre los ojos de nuestro entendimiento. Podemos orar para poder ver como Dios ve. Entonces Dios vuelve a crear luz allí donde antes había oscuridad, y las situaciones dan un giro completo. ¡La vida se vuelve interesante y llena de esperanza!

El poder de Dios es suficiente

Se trata de asirnos a la fe en el poder de Dios en nuestra vida personal. Este poder es lo suficientemente fuerte para liberarnos del pecado y llevarnos a una vida en la voluntad de Dios, que es solamente futuro y esperanza (Jeremías 29: 11). La fe en el poder de Dios hace que nos soltemos, y dejemos que Él que tiene todo el poder sobre el cielo y la tierra nos guíe a cambio. ¡Así de grande es el poder de Dios!

"y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza." Efesios 1: 19

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.