Cómo construir relaciones significativas

Cómo construir relaciones significativas

Todos los días tenemos que tratar con gente. ¿Cómo podemos hacerlo de la mejor manera posible?

Parte de ser un participante individual en la sociedad incluye interactuar con las personas con las que estamos juntos. Algunos, voluntariamente, elegimos incluirlas en nuestras vidas, mientras que otros son una parte de nuestras vidas, ya sea, si le hemos pedido que sean o no.

Al interactuar con las personas que nos rodean construimos relaciones, que personalmente he encontrado y hacen que la vida sea ¡muy interesante y significativa! Ser cristiano e interactuar con gente que Dios ha puesto en mi vida, me mantiene humilde mientras trabajo para encontrar la mejor manera de construir relaciones significativas a lo largo de mi día. Muchas veces, encuentro que no tengo la paciencia o la sabiduría para ser el amigo que me gustaría ser. Es entonces cuando sé que necesito ir a Dios por gracia para saber qué decir, o qué no decir.

Que necesito para tener buenas relaciones

Mientras hablo con un vecino, podría aprender que ellos están luchando con una enfermedad terminal, una prueba con la cual no puedo relacionarme completamente, pero me doy cuenta que llama a la empatía y apoyo. En el trabajo, puede haber rumores sobre mi supervisor, entonces elijo quedarme fuera de estos. En casa, mis hijos pueden tener sus propias y únicas situaciones, que necesitan ser trabajadas con una buena disposición, y de esa forma puedo construir relaciones saludables con ellos. Al tratar con todas estas situaciones, tengo necesidad de sabiduría y piedad, que logro cuando busco que se haga la voluntad de Dios en lugar de la mía. Tal vez estoy cansado y no “lo siento” como bendición – usar la cruz sobre mi egoísmo hace que Dios pueda usarme para bendecir a alguien. Entonces, ya no es mi agenda lo que impulsa mi día, sino el trabajo que hace espíritu en el momento.

Una vez oí a un hombre piadoso decir: “Que todos los que conozca, sean capaces de sentir una corriente subterránea de bondad que proviene de un corazón donde la cruz activamente está trabajando”. Tengo que usar la cruz, en otras palabras, vencer el pecado en mi propia vida, así soy capaz de tener una “corriente” de bondad con la cual construir relaciones.

La cruz hace posible trabajar a través de relaciones desafiantes, y encontrar maneras de construir nuevas relaciones. Cuando mis propias ideas están en la cruz, entonces puedo tener una buena relación con cualquiera que cruza mi camino, porque estoy reaccionando de acuerdo a la sabiduría que viene de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios y Su voluntad para mí. Cuando no estoy pensando en mí, pero poniendo a otros primero, entonces la vida se vuelve realmente satisfactoria e interesante. Entonces todas mis relaciones prosperan y yo experimento la bendición que viene de tener estas relaciones puras que no son obstaculizadas por el pecado y el egoísmo.

El amor es creativo

Así como todos somos creados como individuos, nuestras relaciones con los demás también serán muy únicas e individuales. El versículo en Mateo 25:40 ha venido a mi muchas veces mientras pienso en cómo interactúo con los demás: “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Poniendo mi propia vida abajo – renunciando a mi propia voluntad para amar, bendecir y cuidar de aquellos que cruzan mi camino – es una de las formas simples en la cual puedo ¡servir a Dios!

El amor es creativo, lo que significa que hay muchas formas de construir relaciones significativas. Por ejemplo, he pensado, a menudo, que son las cosas pequeñas que hacen la diferencia en la gente – y ¿cómo puedo hacer la voluntad de Dios en esas pequeñas formas? Cuando vivo una vida crucificada, Dios puede mostrarme, cómo el amor es una virtud activa que se puede demostrar en muchas pequeñas cosas. Por ejemplo, la mayoría de nosotros, tenemos viejos amigos en nuestras vidas. No se necesita mucho para hacerles sentir que son especiales y amados – un poco de ayuda con una tarea difícil, una visita, un plato de galletas – te dan una idea. Los amigos más viejos no estarán por siempre y no lamentaremos construir relaciones con ellos mientras los tenemos.

Puede ser que no siempre “siento” como bendecir a los otros, de acuerdo a mi naturaleza. A los deseos de mi carne les gustaría imponerse, y soy tentado a ser egoísta y vivir para mí mismo. Pero cuando todo eso está “en la cruz” entonces se hace la voluntad de Dios y la gente puede gustar la bondad de Dios a través de mi vida. Entonces trato a los otros en el amor de Cristo, no como una obra de caridad, fuera del sentido del deber como cristiano.

¡Las posibilidades son infinitas!

Hay muy pocas veces en el día, donde tengo la oportunidad de compartir un versículo de la Biblia con personas con las que interactúo, pero mi vida debería reflejar la vida de Cristo y debería tratar a las personas como lo hizo Jesús. Una buena palabra en el momento adecuado, un poco de ayuda o mostrando paciencia en una situación difícil, son todas formas para construir relaciones y servir a Dios al mismo tiempo. Cuando tengo amor por la gente, entonces el Espíritu me mueve a actuar o hablar en el momento adecuado, para el bien de la gente con la que tengo que ver. La tentación para ser perezoso y egoísta me dificultaría el cumplimiento de esos pequeños impulsos aparentemente insignificantes, pero cuando empiezo mi día con una mente decidida, que “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo ", ¡entonces las posibilidades son infinitas!

¡Personalmente estoy en deuda con muchas personas que se han acercado a mí y construido amistades y relaciones en los últimos años! ¡Es mi intención hacer lo mismo al interactuar con la gente que Dios ha puesto en mi camino en la vida!

Esta publicación está disponible en

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.