¡14 citas de Sigurd Bratlie que pueden cambiar tu percepción del evangelio!

¡14 citas de Sigurd Bratlie que pueden cambiar tu percepción del evangelio!

Revelaciones asombrosas sobre el evangelio que han cambiado las vidas de muchos cristianos.

Sigurd Bratlie (1905-1996) fue el líder de Brunstad la Iglesia Cristiana desde 1976 hasta su muerte en 1996. Tenía una habilidad particular para anunciar el evangelio y las enseñanzas de los apóstoles de una manera clara y directa, de manera que todos pudieran entender. Tenía un amor sincero por las personas y dedicó su vida a vivir justamente ante el rostro de Dios, poniendo en práctica las verdades que predicó en su propia vida.

Bratlie tenía un dolor sincero e ira contra aquella doctrina superficial que, tan a menudo, convertía el "perdón de pecados" en "permiso para pecar", y luchó para exponer estas falsas enseñanzas y el engaño de Satanás toda su vida, tanto por escrito como en la predicación. La obra misionera de este hombre modesto ha ayudado a muchas personas a convertirse en verdaderos discípulos de Jesucristo, y a llegar a una vida más profunda y en comunión con Él.

Sigurd Bratlie fue un escritor productivo, autor de cientos de artículos y de una serie de libros sobre la vida cristiana y sobre la comprensión de las Escrituras. Las siguientes citas están tomadas de algunos de sus libros, que también se pueden descargar como libros electrónicos (haga clic en los enlaces). Estas ideas pueden conducir a un desarrollo innovador en la vida de un cristiano.

Gracia

«No nos consuela oír que la gracia es tan grande que aunque siendo vencidos por el pecado, de todos modos llegaremos al cielo. Nuestro consuelo es que la gracia es tan grande que no necesitamos ser vencidos por el pecado. De este modo, tenemos al cielo en la tierra.»

La sangre de Jesús

«La sangre de Jesús es más que la sangre de los machos cabríos. Por la sangre de Jesús recibimos no solamente perdón de pecados, sino que somos liberados del pecado, para no cometerlo más. La sangre de los machos cabríos sólo podía santificar para el lavamiento del cuerpo – de pecados cometidos – sin embargo, la sangre de Cristo puede limpiar nuestras conciencias de las obras muertas, para servir al Dios Vivo, y por lo tanto, librarnos de seguir sirviendo al pecado

Perfectos

«Hablar de ser perfectos, es hablar de ser perfectos según la conciencia, como discípulos; y esto es posible. Asimismo, debemos extendernos hacia la perfección. Jesús dice: Bástale al discípulo ser como su maestro… Mateo 10,25. No es suficiente para un discípulo hasta que es como su maestro. Para esto debemos ser pobres, hambrientos y sedientos de espíritu.»

La verdadera gracia es mucho más

«La gracia no significa solo perdón, sino más bien: ayuda. (Hebreos 4,16). Esta gracia no solo tiene el propósito de perdonarnos, sino también enseñarnos a no pecar. (Tito 2,11)»

Torcer las palabras de Jesús

«La gran gran mayoría cuando escucha una exhortación, dice: no podemos hacer nada,  y luego citan palabras de Jesús. Así sienten que están sobre un fundamento seguro. Pero, así como la mayoría adultera la Palabra de Dios según su conveniencia, así también adulteran estas Palabras de Jesús. ¿Qué dice Él? Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15,5.
Así pues, cuando ellos dicen: No podemos hacer nada, están diciendo al mismo tiempo que están separados de Él, y tampoco son discípulos; ni miembros del cuerpo de Cristo.»

Las artimañas de Satanás

«Vemos que hay muchos que rápidamente reniegan de Dios en sus corazones. Satanás solo precisa ofrecerles un enamorado o una enamorada, para que entonces dejen a Dios; o bien ofrecerles un sueldo especialmente bueno, honor de hombres, o bien tocar sus posesiones, siendo tratados injustamente, o que haya algo que no entiendan, etc. La multitud que ha renegado de Dios es grande. Han dejado de creer y Satanás se goza.
Tú, rebelde, si pudieras entender de qué se trata, en qué consiste la lucha, entonces te alegrarías cuando eres probado.»

Tentación – motivo para alegrarse

«Mucho piensan que ser tentado, es lo mismo que pecar, pero ¿cómo puede Santiago exhortarnos a gozarnos? Por el contrario, nosotros que creemos en victoria, en la prueba ganamos la corona de la vida, así está escrito: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Santiago 1,12.»

La palabra, es la palabra de Dios

«¡Huye de toda superficialidad y de toda habladuría! No discutas con la gente sobre la palabra de Dios. Recibe la Palabra como la Palabra de Dios, y cree en la forma en que está escrita, entonces ésta actuará en ti. (1 Tesalonicenses 2,13)»

Tenemos la capacidad para hacer la voluntad de Dios

«La carne con sus pasiones y deseos son el velo que nos impide, como hombres, hacer la voluntad de Dios. Estos son tan fuertes, que caemos en pecado, a pesar que realmente queremos hacer la voluntad de Dios. Es por esto que Dios envió a su Hijo, y nos dio el evangelio, las buenas nuevas. Esta es la buena nueva: ‘Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.’ Gálatas 5,16. Esto fue lo que Jesús hizo posible para nosotros, estando en la condición de Hijo del Hombre.»

El Nuevo pacto

«Si te comprometes a obedecer toda la voluntad de Dios, Él también se compromete a investirte con poder de lo alto, a darte todo lo que pertenece a la vida y a la piedad, a poner sus leyes en tu mente y a escribirlas en tu corazón, y a bendecirte con toda bendición Espiritual, y junto a esto te será dado por añadidura todo lo que necesites para el mantenimiento de tu cuerpo. ¿Qué más podrías desear?»

El inmenso significado de la vida de Jesús para nosotros

«Es claro que Él tuvo esta carne, y sabemos que no mora nada bueno en ella, sin embargo la resurrección mostró que Él no pecó. Regresó sin manchas de esta carne de David que tenía. (Romanos 7,18) Esto significa que también podemos, mediante el evangelio, obtener la victoria y la misma vida que él tuvo.»

Formados a la semejanza de Cristo

«Jesús es la piedra de ángulo – la piedra principal. La voluntad de Dios lo formó, haciéndolo piedra angular. Él dijo al venir al mundo: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí. Hebreos 10,17. Exactamente de la misma forma, ahora recibimos entrada al nuevo pacto. También es la voluntad de Dios la que nos transformará conforme a su imagen. En el "rollo del libro" está escrito acerca de nosotros.»

La vida no se puede ocultar

«La vida es la luz de los hombres. Por ello, nadie puede tomar prestada la luz de otro. En nuestros días, desgraciadamente, podemos también encontrar a personas, que a pesar de vivir en pecado, tratan de ocultarse entre los cristianos. Se convierten en personas de confianza, ya que asisten a las asambleas, en donde hay tantas personas buenas. Sin embargo, vendrá la hora en que se pondrá de manifiesto lo que verdaderamente son.»

Qué significa realmente vencer

«‘El que venciere…’ Sí, hay grandes promesas para aquél que vence. Vencer no significa hacer obras para que otros las vean, sino hacerlas por amor a Jesús, y que todo lo que uno hace, todo, sea por causa de Jesucristo. Sí, entonces eres verdaderamente sabio. Entonces serás alzado cuando Jesús venga como ladrón para llevarse a aquellos que están listos; entonces serás proveído de vestiduras blancas y te será permitido andar con Él; y Él confesará tu nombre delante del Padre y de sus ángeles.»

 

Las citas están tomadas de los siguientes libros escritos por Sigurd Bratlie y publicados por Skjulte Skatters Forlag: "La gracia en Cristo Jesús" (1941), "La esposa y la ramera y los últimos tiempos" (1946), "El nuevo pacto y el misterio de la iniquidad" (1952), "Una salvación tan grande" (1982), y "El evangelio de Dios" (1988).
© Copyright Stiftelsen Skjulte Skatters Forlag, Noruega

Esta publicación está disponible en

Escritura tomada de la Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.